miércoles, 19 de junio de 2013

Siendo vuestro esclavo, ¿qué puedo hacer

Sino esperar la hora e instante de vuestro deseo?

No tengo tiempo precioso que emplear,

ni deberes que cumplir, hasta que me aviséis.

Ni me atrevo a impacientarme contra la eternidad de las horas,

...
Soberano mío, mientras contemplo el reloj aguardándoos;

Ni pienso en la amargura cruel de la ausencia,

Cuando habéis dicho dicho adiós una vez a vuestro servidor.

Ni oso interrogar a mis pensamientos celosos

Dónde podéis hallaros o dónde os llaman vuestros asuntos;

Sino que, a manera de un triste esclavo, espero y no pienso en nada,

A no ser en cómo hacéis felices a aquellos a cuyo lado estáis.

El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis,

Sea lo que fuere, no halla mal alguno.
William Shakespeare

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