domingo, 23 de junio de 2013




SER SUMISA
Ser sumisa es...
No ser nadie en la presencia de tu Señor.
Sentirte importante sólo con estar a su lado.
Es perder el control del cuerpo, del alma y del sentir.
Es rendirse a su mirada, sin poder levantar la tuya.
Es dejarse saborear hasta el límite.
Es no reaccionar, cerrar los ojos y que no te importe el mundo.
Es explotar extasiada hasta quedarte sin fuerzas.
Es sentir el vacío que produce su ausencia.
Poder escuchar los pensamientos en medio de un silencio sepulcral.
Es sentirte pequeña ante su altanería.
Es no mirarle porque sabes que EL mira por los dos.
Es sentir su mirada y llevar la tuya a sus pies.
Es admirar, amar, enloquecer, sentir el paraíso en un momento desesperado.
Es tener un alma especial sólo para Un Amo, un lugar sagrado para adorarle.
Estos sentimientos no tienen nombre.
Aquel hombre SI.